Este último ha sido el turno del temple al huevo. Primero hemos montado los bastidores, los imprimamos con varias capas de geso lijadas para conseguir una base de color blanco liso para que no se noten grumos o texturas debajo de la pintura.
Más tarde seleccionamos una imagen , la pasamos a formato a3 (ya que es el tamaño de nuestro bastidor) y lo dibujamos en nuestro bastidor ya imprimado y lijado. Necesitaremos para hacer los colores aceite de linaza, agua destilada, bidestilada o en caso de no encontrar, agua normal, huevos frescos, pigmentos (primarios y blanco, negro opcional, aunque también se pueden utilizar otros pigmentos secundarios), espátula, pinceles y trapos y recipientes para hacer las mezclas.
Después separaremos las yemas de las claras y nos quedaremos con el líquido de su interior, quitando la película exterior. Añadiremos un poco menos de la mitad de una cascara de aceite de linaza y otra de agua destialda por cada yema utilizada, seguido de el pigmento que queramos utilizar. Movemos con un pincel hasta conseguir una mezcla homogénea y empezamos a pintar.
Hay que tener cuidado con esta técnica ya que el temple al huevo seca muy rapido y puede descascarillarse o quebrarse y podría levantarse, por lo que hay que utilizarla con cuidado e ir poniendo capa sobre capa sin levantar la anterior.
En este trabajo me a gustado la rapidez con la que seca pero se qebra muchas veces, por lo que me ha dado bastantes problemas en muchas zonas que he intentado arreglar. Los colores son verdes grisáceos, negros y blancos que contrastan con estos últimos y dan presencia del elefante, como que se acerca y sale del plano del bastidor. Interesante pero es un poco ''coñazo'' hacer la pintura aunque en caso de quedarte sin pinturas... ¡pues tiras de esto!
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| Noche, lluvia y niebla en la sabana |
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